Vino el día
Comiendo a la negra dama;
Pereció la última estrella.
En un confuso cielo,
El rocío mojado
Recogió mis pasos.
Fue la noche que no dormimos.
Nadamos y bebimos del agua del paraíso;
Dándonos la muerte a la luz del alba.
Fuimos los vampiros de las horas,
Exprimiendo de la fuente de la vida
La senda de la inocencia.
Son de regocijos y recuerdos
Inundaron mi añoranza;
Extraviados fantasmas,
Ecos de mi memoria.
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