El pequeño ruiseñor,
a la noche cantaba ligero.
Melodías de una trova,
toneada por astros viejos.
Así contaba su leyenda.
Habitaban en su interior
los sueños de un luciente cometa;
al que llamaron Eudor.
Compró el chico escalera grande,
tan alta como los cielos.
-alcanzarlos tú quisieras-
-pero al ser tú tan pequeño-
-no basta con tu destreza-
-ni la agudeza de un sueño-
Así fue; estiro el ruiseñor su mano,
para alcanzar una estrella.
Sus dedos ni la rozaron y
prendió su corazón de ella.
Nació aquí otra leyenda.
Hablaba de un corazón
que habitaba en una estrella.
El pequeño ruiseñor
fue el nombre de esa estrella.
Marián
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