lunes, enero 17, 2005

Amar, hasta que amar duela

Gondolas de amor
navegan por los canales.
Decadente la ciudad
que mira en los espejos
su alma perdida en el pasado.

No se oyen las campanas
de ninguna catedral,
ya no duermen los amantes
al susurro de las olas
solo pacen, yacen, mueren
en un sepulcral silencio.

Eco, dueño de las sombras y
los celos desmedidos,
donde nacio vivio y ahora muere.
Amor sincero
demasiado doloroso
demasiado bello, eterno.

Amar, hasta que amar duela;
sin razón, sin sentido.
Haste que el odio lo sacie
marchandose al fin redimido
donde se pierda el recuerdo
declarandose rendido.

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Encontremonos en el recuerdo, en el silencio, en las miradas perdidas, en el dolor y la alegría, el los suspiros ajenos, en habitaciones vacias con vistas a cobertizos desiertos. Encontremonos aquí, en mis desencuentros.

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