lunes, enero 30, 2006

Dame el candil, pequeño.
Dame la luz de tu boca.
Siembra sonrisas verdes
envueltas en amapola.
Cantale al cielo gris
que tuyas son nuestras olas.
Olas de un mar de plata;
donde se esconden las ostras
envueltas en oro fino,
baules de perlas rotas.
Dame el candil, pequeño.
Dame la luz de tu boca.

_____________________________________________
Encontremonos en el recuerdo, en el silencio, en las miradas perdidas, en el dolor y la alegría, el los suspiros ajenos, en habitaciones vacias con vistas a cobertizos desiertos. Encontremonos aquí, en mis desencuentros.

No hay comentarios: