viernes, mayo 06, 2005

Hoy aprendí a llorar;
brotaron de mí sedientas lágrimas de mar.
Hoy aprendí a gritar;
se rompió la quietud,
los sauces se inclinaron
los cauces de los ríos rebosaron,
los espejos retronaron
rompiendose en mil pedazos.
Ya no le temo a mi fortuna,
diosa divina de la desgracia.
A ella encomendé mi alma
y mis parpados de secaron.

Hoy aprendí a llorar.

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Encontremonos en el recuerdo, en el silencio, en las miradas perdidas, en el dolor y la alegría, el los suspiros ajenos, en habitaciones vacias con vistas a cobertizos desiertos. Encontremonos aquí, en mis desencuentros.

6 comentarios:

amstel dijo...

Necesito un par de clases, Diosa Divina, para que los párpados acaben de secar...

Cale dijo...

por que? Según mi experiencia es mejor saber llorar a no saber hacerlo...si no lloras lo único que consigues es acumular dolor, si lloras el dolor se escapa con las lágrimas...

amstel dijo...

Hay dolores del que no se tiene escapatoria...pero bueno, aprendes un poco a vivir con ello.

Cale dijo...

lo que pasa es que aunque no llores igual vas a tener el dolor, si es que tan fuerte es y encima no vas a tener el alivio que supone llorar...

Isthar dijo...

Aprender a llorar es como conseguir romper los diques que contienen ahogado nuestro dolor en silencio...

Precioso, como siempre ;)

Mi abrazos cercanos

amstel dijo...

hablaba de un dolor bastante general, que pudier afectar a cualquier realidad,
si concretamos en un dolor personal ... he de reconocer que, a veces, se tiene el punto "masoca" de sufrir a sabiendas de poder evitarlo..., en fin es complicado hacer expresar ciertas ideas y sentimientos en pocas palabras..
sldos