Enredada entre el mar y la arena
siento el calido sol del mediterraneo.
Eterna y pasajera la ola me roza;
dejando entre mi pelo
susurrantes caracolas.
Cantantes de amor prohibidos.
Sus secretos escorndidos
en agua de manantial.
El origen, la fuente
de sabiduria de los acianos
minaretes, mas allá de lo pasional.
Donde la fuente converge con lo divino;
el nacimiento espiritual,
vive pendiente de un hilo
en mi oido terrenal.
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Encontremonos en el recuerdo, en el silencio, en las miradas perdidas, en el dolor y la alegría, el los suspiros ajenos, en habitaciones vacias con vistas a cobertizos desiertos. Encontremonos aquí, en mis desencuentros.
3 comentarios:
Tus poemas tienen siempre una fuerza embriagadora...
Déjate acunar por las olas, deja que su murmullo te arrope...
Un beso enormeeeeeee
Sigo leyendote por aquí pero últimamente no estoy muy habladora, épocas que tiene una a ver si voy recuperando el habla y empiezo a escribir tb en mi blog. Un beso fuerte, me encanta estar tan cerca de lo que te va pasando día a día y de lo que piensas.
Pues si no estas habaldora, no importa mejor no hablar a decir un monton de tonterias juntas, que es lo que hago yo últimanente. Parece que haya comido lengua, pero no digo nada interesante...
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